Costa Cantábrica

En esta entrada encontrarás una selección de fotografías realizadas durante el viaje que realicé a lo largo de la costa cantábrica en septiembre de 2018 durante unos 5 días. Casi todas las fotos han sido reveladas siguiendo la metodología del OnlyRAW, con el objetivo de ofrecer un resultado lo más fiel posible a lo que intenté fotografiar. Otras, las que menos me gustaban, les he aplicado filtros NikCollection. Ningún elemento físico ha sido modificado.

Empezar perdido

Ya viene siendo costumbre que en estas particulares singladuras fotográficas que abordo, no más lejos de lo que una carreta tirada por bueyes pudiera recorrer en un día… que yo acabe perdiéndome por algún camino. Siempre Google Maps tiene la culpa: por no configurar o por tocar cuando no se debe, el ínclito Google Maps me desvía de mis propósitos. O por hacerle caso, como me pasó en el anterior viaje. Sea como fuere en esta ocasión fue porque, al salir de una gasolinera ya cerca de mi destino, husmeando el mapa, vi que había una cascada por ahí cerca y la señalé en el navegador. Sin darme cuenta la había marcado como etapa en el camino y empecé a conducir, ya muy tarde, en otra dirección que no era San Juan de Gaztelugatxe, mi primera etapa.

Llegué tan tarde que no pude fotografiar el atardecer, así que aparqué y realicé mi primera noche de coche, despertándome muy pronto para hacer este amanecer… sin una sola nube. Esta fotografía es una panorámica de tres fotografías, con filtro degradado. Como la fotografía quedó un poco sosa le apliqué los filtros NikCollection y le ha he contrastado, saturado y enfocado. Esta fotografía es una de esas que descartaría, pero que para el blog puede valer.

Rocadragón

 

No quedé contento con el resultado e intenté volver por la tarde del sábado a ver si encontraba un nuevo encuadre y algo más de nubes… y no. Lo que encontré, y eso que fui bastante pronto, fue una colección de fotógrafos esperando un bonito atardecer.

No me gustó ninguna de las fotografías de esa sesión, pero me hice amigo del señor del centro, que es esloveno, y con él estuve un rato hablando de fotografía, de equipos, de Eslovenia, de fotógrafos y de localizaciones. La verdad es que me dio un consejo muy bueno, el comprobar que habían hecho antes otros fotógrafos a través de 500px, que es una red social de fotógrafos de pata negra. Cuando planifiqué el viaje a Ibiza y busqué en Instagram #Ibiza el resultado fue que el 95% de las fotos eran de mozos y mozas espectaculares en poses erotico-festivas. Cero información sobre paisajes.

Porqué fotografiar la costa cantábrica

Todos los fotógrafos de naturaleza o paisajistas tienen un lugar al que ir y ese lugar es la costa cantábrica.

Es una costa quebrada, rota por siglos de temporales y desgastada por mareas irreverentes. Es un paisaje tentador y retador, pero a la vez amable. Y sobre todo es extremadamente bello. Sus playas son singulares, limpias, verdes (¡Tienen césped y árboles que dan sombra!). Su litoral está jalonado de hitos singulares, está bañado de finas arenas y acompañado de buenos chiringuitos donde almorzar una tortilla de patata de esas medio crudas que dan tanto asco como gusto comérselas.

Lekeitio
Lekeitio. El faro, el pescador, los presos y los borrachos.

Fui a Lekeitio a fotografiar esta playa un domingo por la mañana (o puede que fuera un lunes) sin saber que ese era el último día de fiestas. Cuando me metí en la playa, pocos minutos antes de que amaneciera, unas cuantas cuadrillas de chavales arribaron borrachos como ballenas varadas resacosas. Se desnudaron y se bañaron en la playa mientras yo intentaba hacer la foto. Ellos, a grito pelado, me pedían que les fotografiara a ellos.

Poco a poco fue bajando la marea y quedó al descubierto una pasarela que une la playa con la isla. A las siguientes fotografías con pasarela les he aplicado un filtros digitales para saturar y contrastar y se han eliminado reflejos producidos por no tapar bien la cámara al colocar los filtros de cristal. No se ha eliminado ningún elemento ni añadido nada que no estuviera.

Conforme la mar se escurría apareció esta pasarela que pronto fue ocupada por una banda de cangrejos hambrientos. Armados con sus pinzas rascaban todo aquello que fuera que comieran los moluscos. Extasiado ante la situación y las posibilidades compositivas que abría esta pasarela me lancé con cuidado sobre la pasarela en busca del encuadre perfecto. No sé si lo encontré, pero el resbalón que me pegué fue de aúpa. Algún santo protector de los fotógrafos (¿San Benito del OnlyRaw?) debió apiadarse de mi alma ignorante porque aterricé con el culo, pero el trípode y la cámara no los solté de la mano. Sólo mi orgullo fue herido en esta ocasión.

La seguridad es lo primero

Cuando comentas a otros fotógrafos que vas a ir a hacer foto de costa todos te dicen «cuida con las mareas» y sólo lo entiendes cuando estás ahí. Por poner un símil, no conocer los horarios de las mareas es como subir a los Pirineos en chancletas: hay que estar preparado y atento al tiempo.

Lo segundo que aprendes es que las botas de regar el huerto no valen, tienes que llevar botas que te cubran la pierna entera, pues aunque nunca entras al mar por encima de la rodilla… una ola con mala uva que choque contra tus botas subirá muy alegremente por tus piernas hasta colarse por el agujero de la bota y se derramará, pierna abajo, sobre el calor de tus pies. Y hala, al coche a secarte. Esa lección la llevaba aprendida de antes y ya llevaba el gagdet preparado. Me compré unas bonitas botas de agua hasta la cintura.

Sí: ver como me metía en el mar con la cámara, el trípode, la riñonera de los filtros, la mochila y las botas hasta arriba debía ser todo un espectáculo.

Buelna

Esta icónica playa está situada en Asturias y es muy famosa por el hito que ves al fondo.

Volvamos a las mareas. Lo de las mareas se soluciona instalando una aplicación o mirándolo en internet. Una vez, por lo de entablar conversación humana, pregunté a un paisano en Asturias. Éste resulto ser de Burgos y nacido en Perú. Sabía de mareas lo mismo que yo sobre las leyes de la termodinámica.

Otra sorpresa que no sabes: que hay localizaciones de marea alta… y localizaciones de marea baja. Y claro, no suele coincidir la condición óptima de marea con la condición óptima fotográfica (amanecer o atardecer): el atardecer te puede tocar con la marea alta y no ves nada más que agua y esas magníficas piedras que habías visto en las fotografías de otros ya no están y solo hay agua. Es entonces cuando se te queda una cara de pagafantas que flipas.

Al llegar a esta playa me encontré que la marea estaba tan alta que apenas se veía la piedra del fondo, así que tuve que esperar todo el día a que bajara la marea para poder fotografiarlo. Unas cuantas cervezas y unos podcast ayudaron en la tarea.

Como estaba un poco nublado jugué con los filtros de cristal de colores para colorear un poco el cielo, quizás se me fue de las manos.

Aquí debajo dejo una muy larga exposición de 400 segundos, es decir, más de 6 minutos. Aquí es donde se demuestra la diferencia entre una buena cámara y una que no lo es tanto. El ruido es terrible y ni con el mejor software se puede reducir. Y eso que la sensibilidad estaba al mínimo. Qué pena, porque podía haber quedado muy bonita.

El ruido digital (un montón de píxeles de colores extraños, como interfefencias) se produce cuando fuerzas el sensor y se calienta más de la cuenta. En este caso se fuerza al hacer una exposición tan larga, es decir, al estar tanto rato registrando información (pasando corriente) se recalienta y empieza a producir ese ruido tan horrible. Como la he reducido de tamaño se nota poco. A este ruido los fotógrafos lo llaman, de forma familiar, «paella».

 

Liencres

La zona de Liencres concentra otro potencial fotográfico excepcional, con sus playas rocosas y sus hitos y sus islas. Además de eso fue el único atardecer interesante de toda la semana.

La siguiente fotografía fue una de las primeras que publiqué en redes sociales, pues de la selección que había realizado era la que menos me gustaba. Ahora, conforme la veo, más me gusta. Es una escena solitaria, descompensada, pero cálida a la vez. Es un sujeto a la deriva perdiendo cachitos de si mismo y al que le anochece. Es una fotografía que no cumple ninguna norma compositiva, que casi descarto, y que sin embargo me gusta cada vez más.

Descompensado

 

La siguiente foto fue tomada unos minutos antes, apenas a 50 metros de la anterior. Al tomarla recuerdo una sensación como la que tuve al fotografiar un atardecer épico en la Playa de Azkorri. Crees que la pacha mama ha dispuesto para ti ese escenario y que además te ha regalado un momento especial solo para ti. ¡Qué egocentrismo! Pero qué bien que sienta. Fue el único atardecer realmente bonito.

Gracias pacha mama por existir

En la siguiente fotografía intento aislar uno de los hitos, usando el teleobjetivo. El uso del tele (Canon 70-200mm IS I) complica mucho el uso de filtros degradados pues realmente no sabes hasta donde lo estás calando.

Aislando el hito

En esta otra fotografía intenté incorporar la hierba, pues el verde es el complementario del rojo del cielo. Sin embargo me da la sensación que el peso de la fotografía no está bien repartido.

Cómo te quedas

Y ya cuando crees que lo has hecho todo, que has intentado meter todo lo posible o aislar los hitos más importante, cuando ya no queda luz, cuando estás solo y todos los fotógrafos se han ido, cuando estás solo, cuando te preguntas si no habrá alguna posibilidad más, si no habrás aprovechado bien esa playa, si pudieras hacer algo más, cuando hasta las nubes se han ido, quizás, piensas, puedas reflejar ese momento. Y entonces sale esto.

Se acabó

El color y la nitidez

¿Quién ha puesto ese color ahí? Ese color no me representa ni en el momento de la toma, ni el momento del revelado. Pero lo cierto es que está ahí. No buscaba estos colores.

El Urro de los Manzanos es un hito particularmente conocido entre fotógrafos, y es habitual encontrarte con muchos fotógrafos plantados con sus trípodes esperando un bonito anochecer. El hito está a una distancia media que ni permite usar un gran angular ni tampoco un tele, así que tienes que jugartela con focales medias… de esas que nunca llevas encima. Yo últimamente solo salgo con un 10-22 y un 70-200mm (en APSC Canon).

Aquí otro ejemplo de fotografía que no cumple ninguna regla compositiva.

La espuma de Venus

 

Una variación. La siguiente fotografía ha sido revelada mediante la técnica de focus stack para poder mostrar los dos planos enfocados a la vez (el cercano del arbusto y el del islote). Para ello se realizan dos fotografías, sobre trípode, una al plano cercano (el de los frutos rojos) y otra al hito del fondo. Luego se fusionan. No se ha usado ninguna técnica adicional.

Encontré tan interesante está zona que aproveché para pasar dos noches en la zona, una de hotel y otra de coche. Dormir en el coche tiene sus ventajas y desventajas, pero la razón principal no es el hacer economías (aunque es importante, no nos engañemos). La razón por la que en este viaje lo he practicado más ha sido porque te permite despertarte a un minuto del lugar en el que quieres realizar la fotografía, ahorrándote carreras, madrugones, etc… Por otro lado hay que tener un poco de cuidado donde aparcas el coche para no molestar a la gente… o que te molesten a ti. En el País Vasco, que son gente muy furgonetera, siempre encuentras gente que lo hace y aparcar junto a ellos es una buena decisión.

En Lekeitio, a la entrada del pueblo, hay un buen aparcamiento público y gratuito, donde por un lado estábamos algunos con intención de dormir… y otros de botellón con la música a toda pastilla. Eso sí, escuchando Kortatu. Lo cierto es que estaba tan cansado que no me importó lo más mínimo (el despertador sonaba todos los días a las 6.00 y nunca me acostaba antes de las 23.00). De hecho, me fui de viaje con un capítulo de una serie a medias y necesité tres noches para poder acabar ese medio capítulo.

Un rayo de sol

Los días nublados

El último día amaneció nublado y poco a poco las nubes fueron pretándose más y más, con episodios esporádicos de lluvia. Es una castaña que te salga un día así, porque te mojas tú… y se moja la cámara. Te pasas todo el rato protegiendo la cámara con fundas y limpiando los filtros y el objetivo para que no salgan las gotas en la foto. Son días tristes y grises, en los que tienes que esforzarte personal y compositivamente. No hay al final del día nada ni nadie que te reconforte ni que te diga «está bien». Por el otro lado, la ausencia de sol permite fotografiar durante todo el día, ya que no hay luz dura. Así que acabas medio mojado entero y medio cabreado contento.

Las siguientes fotografías han sido tomadas en la Playa de Pendueles.

La última

La cuenta atrás había empezado sin que yo lo supiera, para llevarse consigo otro pedacito más. Esta vez no la había iniciado yo, pero el resultado sería el mismo. Sólo quedaba un atardecer y fue el Castro de las Gaviotas la última fotografía de esta sesión.

 

 

 

 

Coda

Desde el Castro de las Gaviotas hasta Zaragoza había muchos kilómetros, imposibles de realizar en una solo día. Por eso decidí hacer noche en algún pueblo donde pudiera fotografiar el amanecer. Ya que sólo había hecho fotografía de costa pensé que sería buena idea hacer algo de bosque y decidí fotografiar el amanecer en el hayedo de Otzarreta, que más o menos me quedaba de camino. Busqué un pueblo cercano y encontré que Alsasua quedaba cerca, así que reservé noche en el pueblo. Al llegar me di cuenta de que me había confundido y el pueblo que estaba al lado era Altzusta, que suena parecido, pero que está a 1 hora de coche. Otra vez me había confundido. Dormí en Alsasua y al día siguiente llegué a Zaragoza.

Queda pendiente buena parte de Asturias, Galicia y muchas playas a las que espero volver, especialmente San Juan de Gaztelugatxe, a ver si lo pillo con la marea alta y las nubes bajas.

Fuentes

Para hacer estas fotografías me he inspirado en varios fotógrafos, especialmente lo siguiente:

Gracias por haber leído hasta aquí.

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